Alexa está cursando grado 10 en la Institución Educativa Santa Teresita, un colegio público de su municipio en el que ha empezado a escuchar sobre la importancia de la programación en el mundo, tema que ahora la cautiva y sobre el que siente que tiene mucho por aprender.
Pese a su corta edad, cree en el poder de atraer las cosas cuando se anhelan mucho y se trabaja duro para conseguirlas. Entonces, quizás con este convencimiento, Alexa recibió una noticia que podría cambiarle la vida.
Gracias a ser una estudiante sobresaliente, Alexa fue elegida para recibir una beca entregada por Softserve, una de las empresas de tecnología más grandes de Europa, con sede en Colombia, para participar en la tercera edición del campamento de verano “Introducción a la programación”, desarrollada por el Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación de la Universidad de los Andes en colaboración con el programa CS Bridge de la Universidad de Stanford.
Y así fue, Alexa y sus compañeros se sumergieron por dos semanas y media en el mundo de la programación y del lenguaje Python, el más utilizado actualmente para el desarrollo de aplicaciones web y otras herramientas como machine learning e Inteligencia Artificial.
“Trabajamos sobre Python porque es muy flexible y le permite a estudiantes que no han tenido ningún tipo de acercamiento con este lenguaje lograr programar fácilmente”, señaló Kelly Garcés, profesora asociada del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación de la Universidad de los Andes y una de las líderes del proyecto.
.De hecho, de acuerdo con la profesora, la iniciativa busca invitar a estudiantes provenientes de colegios que no enseñan programación, que en Colombia son bastantes debido a que no se exige dentro de los currículos, porque al final ese es uno de los grandes propósitos del campamento, expandir el acceso a la informática a muchas más personas, teniendo en cuenta que este será el lenguaje con el que se comunicarán las nuevas generaciones.
“La programación es la herramienta para resolver problemas a través de software y es fundamental en esta era de transformación digital. Hoy hay programas y software en todos los contextos laborales, no solo en el campo de los sistemas, por eso es tan importante que cuenten con esta habilidad”, agregó la profesora.
Su demanda es tal que, según el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, se estima que para el 2025 se requerirán 1,2 millones de desarrolladores de software para suplir la demanda de empleo en el área de la tecnología en Latinoamérica y, según una proyección para 2025 del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, MinTIC, Colombia tendría un déficit de cerca de 200 mil de estos profesionales. Esto sustenta la importancia de apoyar la formación de futuros desarrolladores.
Sin embargo, este campamento no solo tiene el propósito de atraer a más jóvenes hacia la programación, tiene el compromiso de que un porcentaje importante de ellos sean mujeres, con lo que busca aportar al cierre de la brecha de género que también existe en este campo.
Las cifras así lo señalan: un estudio del Foro Económico Mundial sostiene que para 2021 el porcentaje de mujeres en la industria TIC era del 25,2% y que, aunque la cifra ha ido en aumento en los últimos años, es necesario seguir trabajando para que su rol sea igual de proporcional al de los hombres.
En esta oportunidad, el campamento superó sus expectativas y logró que el 60% de sus participantes fueran mujeres. “No consideramos que debe haber equidad de género per se, sino que entendemos las ventajas de que haya más grupos interdisciplinarios, con diversidad de género, pues son visiones y habilidades complementarias que al final redundan en más beneficios para la sociedad”, aseguró la profesora Kelly.